Las cosas pueden ponerse muy calientes en una sesión de juego, la competición puede volverse muy tensa, o tal vez haya apuestas en juego sobre quién ganará la partida. Por lo tanto, estás más concentrado que nunca para salir vencedor. El problema es que, si estás jugando a un juego que incluye el uso de dados, no te queda más remedio que dejarlo a tu suerte y confiar en la dama de la suerte. Sin embargo, mientras lanzas los dados, de repente, te das cuenta de que siempre obtienes una mala tirada. O tal vez, los otros jugadores siguen obteniendo las mejores tiradas a lo largo de la partida. ¿Te parece una mala jugada de la suerte? ¡Te digo que no!
Seguro que te suena de algo tan sencillo pero que da grandes consecuencias, ¿verdad? Amigos míos, esos son sólo algunos de los innumerables escenarios que pueden provocar unos dados mal equilibrados.